Entonces llevamos estas heridas sentimentales con nosotros a la edad avanzada, y afectan nuestras relaciones, carrera, felicidad, salud . Esto, hasta que las procesemos y sanemos sintiendo nuestros sentimientos. El trauma genera conmuevas, y salvo que procesemos estas conmuevas en el momento en que sucede el trauma, se queda en nuestra mente y nuestro cuerpo. En vez de sanar la herida del suceso, el trauma continúa en nuestro cuerpo como energía en nuestro inconsciente, afectando nuestra vida hasta que lo descubrimos y procesamos.
Así advertimos la herida o lesiones de las que venimos. Ahora mismo es muy normal que se despierten sentimientos de íra, padecimiento y rebeldía o acusación hacia nuestros progenitores. La sensación de injusticia se da por no poder integrar bien la individualidad y no poder expresar quiénes somos y ser nosotros. La persona con esta herida sufre la injusticia primordialmente por parte del progenitor del mismo sexo, que se muestra frío, es severo y critica con frecuencia al hijo. La herida de la degradación debe ver con la falta de independencia y la sensación de humillación debido al control del progenitor.
La Respuesta Mucho Más Sana A Las Lesiones Sentimentales De La Infancia Es También La Menos Común
A fin de que este desarrollo ande, debes estar en tu cuerpo y en el en este momento. Para empezar, halla un lugar relajado donde no te incordien. Siéntate de manera cómoda con los ojos cerrados y haz múltiples respiraciones profundas, trayendo tu conciencia a tu cuerpo.
Ahora bien, aunque nuestro pasado puede influir, no siempre determina nuestra vida como mayores. Por este motivo, sería esencial trabajar en el proceso de comprobar dichas heridas. En Actúa Psicología tenemos la posibilidad de ayudarte a tomar conciencia de ellas, a admitirlas y a trabajar en un proceso de terapia con el que sanarlas y que dejen de condicionar tu vida.
¿De Qué Manera Se Llega A La Curación De La Herida De La Injusticia?
Las secuelas directas de la injusticia en la conducta de quien lo sufre será la rigidez, la baja autovaloración, la necesidad deperfeccionismo, así como la incapacidad para tomar decisiones de manera segura. En el momento en que nuestros derechos son vetados y no recibimos apoyo, consideración y una cercanía afectiva válida y significativa, aparecen sin duda graves heridas psicológicas. Haber sufrido este tipo de experiencias necesita que trabajemos nuestra independencia, nuestra libertad, la comprensión de nuestras necesidades y temores, tal como nuestras preferencias. Mencionado lo anterior, observemos a continuación cuáles son nuestras lesiones sentimentales que persisten hasta la adultez. No es fácil lidiar con un pasado traumático, no obstante, aún lo es mucho más en el momento en que esas fabricantes se produjeron en una edad temprana. En esa primera etapa de la vida de un niño donde carece aún de tácticas personales para manejar y entender algunas dimensiones.
En cambio, en otros casos, la herida emocional se origina por una interpretación distorsionada de la verdad por la parte del niño. Hemos de estar conscientes que los pequeños no tiene un aparato psíquico suficientemente creado que le permita interpretar sus impresiones y sensaciones de forma adecuada. Por consiguiente, un simple descuido por parte de los progenitores, puede desembocar en una interpretación aciaga por la parte del infante. Las lesiones sentimentales son la consecuencia de una experiencia traumática del pasado, en la que los sentimientos y el procesamiento cognitivo posterior se ven condicionados. Las lesiones sentimentales producen ungran dolor y la persona suele tener pendiente realizar un procesamiento conveniente del trauma y un tratamiento conveniente.
Pasos Para Sanar Nuestras Heridas Emocionales
Estimar y probar afecto a los pequeños no va a hacer que se malcríen, porque el amor que se proporciona con Inteligencia Sensible, de todos modos es “bien-criar”… Si es tu caso, ocúpate de tu rincón, de poner en riesgo y de tomar decisiones por ti. Cada vez te molestará menos que la gente se separe y no te vas a tomar como algo personal que se olviden de ti en algún instante. Lo cierto es que, normalmente, el ego desea y cree tomar el sendero más simple, pero en realidad nos complica la vida. Son nuestros pensamientos, reflexiones y actuaciones los que nos la simplifican, aunque nos parezca bastante difícil por el ahínco que necesita. Cuanto más nos dañen y más profundas sean nuestras lesiones, más normal y humano resultará culpar y sentir enfado hacia quien nos dañó.
Las heridas sentimentales causan reacciones automáticas y no dan sitio a una respuesta consciente, generan mal, insatisfacción y desequilibrio sensible, psicológico y vital. Una herida emocional se detecta por el mecanismo de defensa o máscara que activa. Si quieres más información sobre las lesiones de la infancia, te invito a la lectura del libro “La sanación de las 5 lesiones” de Lise Bourbeau.
La de abandono, que genera tendencia a codepender del resto. Se expresa comunmente que para entender lo que supone ser descuidado, “uno debe ser abandonado”. No obstante, eso algo que nadie merece, por el hecho de que con cada sepa perdemos parte de nosotros, y ninguna persona debería padecer este sufrimiento.
Conectar con el placer y el disfrute es esencial para la gente distanciadas de una vida con capacidad para fluir y dejarse llevar. La herida de la humillación va sanándose cuando empezamos a admitir nuestras necesidades, por lo que va a haber menor peso y más tiempo y espacio disponible. Vemos la vida llena de vivencias de estudio para avanzar, medrar y desarrollarnos como personas en nuestra mejor versión. Intenta no ser libre enserio y si no tiene límites, teme desbordarse. Siente vergüenza en el plano sexual y se satisface comiendo.
(Encuentra una versión ampliada en mi libro, Mindful Aging.) La primera vez que pruebes este ejercicio, sugiero empezar con un trauma pequeño. Cuando trabajo con clientes del servicio en mi solicitud privada, me gusta empezar poco a poco y seguir hacia traumas más enormes cuando han dominado la técnica y se sienten cómodos con ella. Soy Blanca, psicóloga y terapeuta transpersonal, experta en terapia del inconsciente. Te ayudo a crecer superando las lesiones emocionales y conectando con tu sentido de vida, para disfrutar de mayor plenitud y consciencia.
La persona que padece de temor al rechazo no se siente merecedora de afecto ni entendimiento y se aísla en su vacío interior. Probablemente, si hemos sufrido esto en nuestra infancia, seamos personas huidizas. Con lo que debemos trabajar nuestros temores, nuestros miedos internos y esas ocasiones que nos desarrollan pavor. La soledad es el peor enemigo de quien vivió el abandono en su infancia. Por tanto, es común que en la edad adulta se experimente un constante miedo a vivir nuevamente esta carencia. De ahí que aparezca, por ejemplo, una elevada ansiedad a ser descuidado por la pareja, pensamientos obsesivos y hasta conductas poco ajustadas por el alto miedo a experimentar una vez mucho más ese sufrimiento.