Y, cada vez nos vamos apagando como si de una candela se tratara, disponemos menos fuerzas para salir de ahí y estamos mucho más atrapados. La dependencia sensible marcha de una forma muy similar a las adicciones. La persona con adicción a una droga no puede dejar de consumirla aunque es siendo consciente de que no le hace bien en tanto que daña tanto su salud física como su salud psicológica.
Tu ideal de vida es tener una vivienda abarrotada de gente, de amigos, de visitas. Sueñas con tener una familia abundante y una ajetreada vida popular. Demasiada autoexigencia y perfeccionismo.
Hay Una Falta Clara De Deber
No te das el espacio preciso para estar a solas contigo misma a lo largo de una temporada y pensar en tus necesidades y en lo que quieres realmente. ¿Por el momento no le quieres pero te aterra estar sola de nuevo? ¿Piensas que no volverás a localizar a nadie que te desee? ¿Tienes temor a quedarte soltera? Stop, no te conformes con la situación.
Cómo os organizaréis la logística (los hijos, mascotas, casa, amigos,…). Consideras que te puedes confundir si lo dejas. Tienes sentimientos de tristeza, frustración e impotencia. Entendemos que el camino que debemos continuar es un sendero muy diferente al que estamos siguiendo.
¿Te Resulta Interesante Proceder A Terapia Sicológica?
Absolutamente nadie nos puede decir cuándo terminar con alguien, solo nosotros. Nadie nos debe decir en el momento en que terminar una relación. De hecho, “un sexólogo jamás debe aconsejar a una pareja que rompa su relación, porque eso es algo que siempre debe decidir la pareja, o la persona, por sí misma”, apunta Carpallo. Los expertos en terapias de pareja pueden ver que una pareja tiene adversidades, asimismo puede verlo el entorno de la pareja, pero la decisión de romper o no debe ser únicamente cosa de ellos, y como es natural, cosa de 2. Primero, intenta reparar la situación.
Creemos que debemos salir corriendo de ahí pero sentimos que no somos capaces de llevarlo a cabo y por consiguiente nos quedamos inmóviles en la casilla de salida. Y, naturalmente, esto nos lleva al conflicto, nos genera malestar. Algo nos retiene a fin de que no pasemos a la acción, nos impide parar de ser esclavos de una relación que solo nos hace daño. Ese “algo” suele ser el “temor a”.
Identificar que estamos atrapados en una relación de dependencia sensible es un gran paso. Has dejado de llevar a cabo cosas con las que antes disfrutabas. Nuestra vida comienza a girar cerca de nuestra relación de pareja. Todo cuanto hacemos o dejamos de hacer está condicionado por el miedo a ser dejado/a por nuestra pareja o a distanciarnos de él o ella a nivel afectivo.
Sobre todo si esa mala comunicación persiste a lo largo del tiempo, si persisten las discusiones, si una parte de la pareja no se siente escuchada o se siente inferior al otro,… Tus aficiones comprometen a otra gente. No tienes prácticamente ningún hobbie que se haga en soledad. Siempre necesitas a tu pareja o a tus amigos para gozar de tu momento de libertad.
Pero es que de verdad no puedo.. Diría que, como se han puesto las cosas, lo mejor es no comenzar ninguna relación. Se ahorra uno cantidad de tiempo, dinero, sinsabores, decepciones, e inclusive hasta verse implicado en algún lío policial y judicial que uno jamás creyó llegar a tener. Y esfuerzo, también se ahorra uno esfuerzo, y bastante, ya que cuidar una relación al nivel de calidad y meticulosidad que muchas mujeres requieren en la actualidad no es tarea chica exactamente. Ves a algún anciano solo y te mueres de pena. Te comienzas a montar una película mental que ni Steven Spielberg, imaginándote lo desgraciada que es su existencia.
Tus mejores amigas te han aconsejado múltiples ocasiones que trates de estar sin pareja un tiempo. O que reconsideres dejar la que tienes ahora, en tanto que es un individuo que no te trata completamente bien. Pero tú te resistes y sigues en tus trece. Quizás comiences a ser un individuo ligado emocionalmente. Te entra una pereza brutal solo de pensar en el ajetro de la mudanza, el papeleo, quizás despedirte de viejas amistades y tener que hacer nuevos amigos. Verte en la tesitura de argumentar a tu familia y amigos que lo habéis dejado.