Llegado este momento, no pierdas la posibilidad de que enseñarlo a respetar los deseos y las opiniones del resto. Tal como también, de que aprenda el valor de la empatía, o sea, a colocarse en el lugar del otro. En el sexto mes, el bebé se excita dando muestras de alegría, grita, ríe en el momento en que se juega con él. En el cuarto mes empieza a reír cuando toca sus juguetes y sabe diferenciar entre un ademán de enfado y el de tristeza. Los bebés recién nacidos poseen las llamadas conmuevas de supervivencia que son el llanto, interés y disgusto.
Cuando observamos la naturaleza estamos en tranquilidad, sin evaluar, sin criticar, admirandola como és es y eso nos tranquiliza. El cariño es la emoción primordial de la que todos nos nutrimos. En el momento en que los pequeños se sienten amados y seguros, aprenden lo que es el amor y les resulta simple querer a el resto.
Las 6 Emociones Básicas Para Educar A Los Pequeños
Aprende que, en sí, experimentar es una actividad agradable, lo que lo anima a ser curioso y a querer más. Este modo de crianza en la sorpresa o educación en el asombro tiene valedores diversos entre los expertos. A mí se me sucede buscar la contestación por el lado de la corrupción del alma, (no sólo política o económica). Son conmuevas muy incómodas que sentimos en el momento en que no podemos, o no entendemos accionar con absoluta naturalidad y acarrean el deseo de huír o una acción reparadora, así como a la pérdida de autoestima. En el momento en que estamos enamorados lo reflejamos en todo nuestro ser; en el aspecto físico, en los pensamientos, en nuestra forma de actuar y de relacionarnos. Ya perciben las injusticias, las críticas, la incomprensión, incluso el sentirse rechazados.
Expresando nosotros curiosidad también, les transmitiremos el mensaje de que la vida está llena de sorpresas y cosas por estudiar. Según la teoría de las emociones de Greenberg, todas las emociones básicas tienen la posibilidad de ser secundarias, instrumentales o primarias de acuerdo al contexto. Tengamos en cuenta que, para los pequeños, su entorno es, en esencia, es su campo de experimentación. Por nuestra parte, si potenciamos los asombros positivos, lograremos que su curiosidad se sostenga, incluso alén de lo físico, y trascendiendo a otros terrenos, como puede ser el popular o el cultural.
Expresión Corporal
Si eres curioso descubres cosas y estás abierto a nuevas vivencias. Las conmuevas de la familia de la curiosidad se despiertan al focalizar algo que llama tu atención, que te atrae y de lo que quieres gozar o comprender más. Es una sensación agradable abierta a nuevos descubrimiento y aportaciones. Incentiva las formas de proceder de exploración, novedad y cambio, lo que, por su parte, invita a la persona a que explore, investigue y manipule. Si bien algunos autores (R. Aguado) le dan categoría de emoción básica, nosotros, con carácter didáctico, hemos incluido la admiración en esta familia, al estimar que al admirar algo o a alguien, en cierta forma, lo amas.
Es a partir de esta edad cuando se desarrolla la conciencia emocional. Ésta le va a ayudar a tomar conciencia de lo que siente y el porqué lo siente. Empieza a inhibir sus conmuevas y sobrepasa pequeñas ocasiones de temor. En el quinto mes empieza a desarrollar el interés hacia otros estímulos que lo rodean.
Otro de los jalones esenciales en el avance sensible del niño es la regulación sensible. Esta será entre las más importantes de esta etapa, y para su avance usará el juego simbólico. El pequeño puede adoptar diferentes roles, tal como estados emocionales distintas al suyo. Los pequeños son capaces de distinguir y expresar desde los 3 meses de edad emociones como alegría, miedo, ira, sorpresa, tristeza y desagrado.
El miedo, y las conmuevas pertenecientes a esta la familia, se activan frente a la percepción de peligro, inseguridad, amenaza o posibles daños a nuestro bienestar. Comprender las emociones y saberlas expresar es fundamental en el desarrollo cognitivo y social de los pequeños. Orientarlos a lo largo de este tránsito es el papel vital de los progenitores. Y, precisamente, la naturaleza de los niños es su inocencia, su necesidad de asombro. Asombro que se ve frenado por un entorno cada días un poco más frenético, más riguroso, con más estímulos y con menos opciones de permitirles pensar a su ritmo. Un ambiente que sobresatura sus sentidos y coarta su imaginación, que no les deja el misterio y la incertidumbre.
En Qué Se Distingue De Las Demás Conmuevas
El alivio es la emoción que sientes en el momento en que solucionas una situación que te generaba remordimiento. El orgullo tiende a proseguir en una línea de acción que se considera positiva para uno mismo. Las conmuevas de la familia del orgullo ayudan a conocer nuevas cualidades en uno mismo, a superarte, a afrontar nuevos desafíos y te hacen sentir muy bien. Pero si exageramos el orgullo, tenemos la posibilidad de caer en el egocentrismo, valorándonos a nosotros por encima de los demás, queriendo ser siempre y en todo momento el centro de atención, sobreponiendo nuestro criterio y siendo intolerantes.